Como buenos early adopters, hace semanas empezó la posibilidad de reservar en el Tickets, el nuevo proyecto de los Adrià en el Paral.lel y reservamos. La verdad es que en estos primeros días dicen que no reservan en toda su capacidad porque siguen de rodaje. Veredicto: todo muy bien. Perfecta puesta en escena, excelente producto, buen servicio. Caro (aunque menos de lo que esperábamos) pero la experiencia vale la pena.

Éramos 7 y nos pusieron en esta mesa (de fibra de vidrio, diseñadas especialmente) junto a los ventanales del Paral.lel, junto a una de las barras. (Esta foto es de observaciongastronómica, que ésta no me acordé de hacerla)
Curioso lo de que además de cubiertos haya unas pinzas, perfectas para algunos de los platos.
Empezamos con las aceitunas esferificadas, clásico bulliniano que a los desafortunados que jamás fuimos a El Bulli nos sorprendieron. Explosión de sabor.
También sorprende el pescaíto frito con algas gallegas, que resulta ser un snack con verdadero sabor a pescaíto.
Otra sorpresa: el jamón de toro. Jugando con el lenguaje, se trata de ventresca de atún en salazón casero pintada de grasa de jamón ibérico. Delicioso contraste de sabores...uno se llega a confundir y no saber qué está comiendo, si atún o jamón.
También muy curioso el tartare de tomate especiado con panecillos aéreos crujientes. La mezcla de salsas recuerda el sabor del steak tartare.
Los fans de las ostras disfrutaron con la ostra con vinagre de Jerez, chalota y caviar de aceite de oliva virgen.
A ésto nos apuntamos todos: navajas al natural con jengibre, cayena y aire de limón. Exquisitas (y vienen cortadas en dos para facilitar la tarea al comensal).
Llegó la hora de los xuxis (bocados para comer con la mano). El que más triunfó fue el ravioli líquido de queso de Payoyo (una esferificación de nuevo), aunque la coca con panceta adobada rebosaba sabor también.
Patatas confitadas en aceite de oliva con jugo de costilla de cerdo y jamón ibérico cocido. Al lado del pulpo quedaron un poco deslucidas, pero estaban buenísimas.
Una constante de la noche: las amplias cristaleras llaman la atención y todo el mundo que pasa mira al interior.
Casi nos comemos hasta la cáscara, no digo más.
Menos sorprendente aunque rico fue el pastel tibio de almendras con sorbete de albaricoque.
(Digo lo de menos sorprendente porque es habitual encontrarse postres así en los bistronomics). También ricos los buñuelos de chocolate.
Con cervezas a go-gó (riquísima la Estrella especial que tienen), una botella de tinto Venta Las Vacas (los vinos que vimos en la carta estaban a precios algo hinchados, eso sí) y una botella de vino dulce Pago de Cirsus, muy à la Tokaji, salimos a 53 € por cabeza. Una experiencia muy positiva. Habrá que volver a probar otras especialidades de la carta que nos quedamos con las ganas de probar, como la panceta fondante con chicharrones, o el bonito con escabeche con pimientos asados...
5 comentarios:
Yo quedé encantado con todo, si tuviera que elegir mi tapa favorita sería el pulpo picante, pero todo estuvo a un nivel altísimo. Y ya quisiera yo pagar 50 euros en muchos sitios que no llegan ni a la altura de los descartes del Tickets.
os moririais de hambre ya que yo con cerveza, dos personas salimos a 200€, los vinos ni los toque ya que un vino que vale 4€ me parece de idiotas pagar 18€
Buena pinta, sí señor.
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