miércoles, 18 de febrero de 2009

Diria que ja no som a Kansas

El sábado por la mañana estuve en el MACBA, vi dos de las expos temporales. Me gustó la de Thomas Bayrle (Diria que ja no som a Kansas), autor alemán que desconocía. Cercano al pop art, pero con toques de repetición que componen imágenes al ver la obra de lejos; también fantásticas las maquetas en cartulina con autopistas que se entrelazan (mi favorita la del $ que sale en la foto de Público de la derecha) y las imágenes con motivos de Mao y de la revolución china.
Después también vi las instalaciones de Cildo Meireles, autor brasileño que impresiona especialmente con Através (y no solo porque para poder entrar hay que firmar un consentimiento de renuncia a posibles reclamaciones por daños -el segurata medio riendo, me dijo: hasta ahora no ha pasado nada-), un montaje-laberinto con rejas, acuarios, una gran bola central de celofán...y el suelo cubierto por 8 toneladas (?) de vidrios rotos. Extrañísimo andar sobre los vidrios, y el sonido que producen. También me encantó Desvio para o vermelho, una habitación donde todo, absolutamente todo, es rojo, y la de Como construir catedrais, con sus huesos y sus monedas.

Curioso como hay temas que se repiten, y si la obra de Bayrle toca el tema chino, en El chino, de Henning Mankell, que me acabo de leer, se toca ampliamente, claro. Y es que ahora que ya no está con la serie Wallander, Mankell, que ahora vive en Africa, está ya totalmente interesado en la cuestión global y más en concienciar sobre política y economía que en la trama negra en sí. Y ahí es donde falla un poco su último libro, en que pierde el ritmo al ahondar en el tema político (y eso que no tenía ni idea de los intereses chinos en Mozambique o Zimbabwe ni que eso es una colonización encubierta, la verdad). Tenía muchas ganas de leerlo desde que en Estocolmo en mayo pasado estaba anunciado por todos lados, en plan Ruiz Zafón aquí, con escaparates y todo. Se deja leer y engancha, eso sí, que me lo he devorado en una semana. Ahora a por el segundo de Larsson, que me ha prestado L.G., aunque también tengo por leer Edificio Iaqubian, de Alaa Al Aswani, que me apetece mucho ya que me perdí la peli, y El Cairo es una de mis ciudades favoritas...


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